¿Cómo somos los europeos?
Posiblemente en Europa somos más liberales respecto a nuestro cuerpo y al sexo que en el resto del mundo. Nos parecen normales las playas de topless y nudistas, el novio de nuestra hija puede venir a dormir con ella en la habitación contigüa a la nuestra, o en los pasillos de nuestros institutos de secundaria es habitual ver a los chicos besándose en plena núbil efervescencia.
También posiblemente los europeos somos bastante filósofos. Todos tenemos nuestras ideas sobre la política y en eso quizá somos herederos de la Atenas clásica. La primera pregunta que hacemos a un extranjero es acerca de la política de su país, lo que a los extranjeros les resulta extraño. Además, los universitarios europeos resultan demasiado académicos: ideas abstractas y, a menudo, impracticables, transmitidas de profesores a alumnos sin rechistar. Las asignaturas se imparten sin pensar en criterios prácticos. Las aplicaciones y los usos concretos de lo que se enseña están bastante ausentes, de ahí que los estudiantes se quejen de la desconexión de las asignaturas con la realidad (hasta que el estudiante deviene en teórico, por adaptación, como sus profesores).
Además, los europeos somos profanos. La religión para nosotros se acabó convirtiendo en una materia filosófica más sobre la que conversar. La gran mayoría de los europeos creyentes que asisten a misa lo hacen por costumbre, pero no por convicción. La razón por la que la Iglesia ha elegido como nuevo Papa a Benedicto XVI es que es alemán, es decir, Europa necesita un empujón porque es un continente por evangelizar.
Por último, los europeos vivimos en una cierta contínua crisis (en griego, cambio) de valores, que quizá es la normal que debe haber cuando tenemos libertad de opinión. Esta crisis de valores viene causada de usar la razón y la libertad (nuestras propias puntas de lanza) en nuestro favor. La libertad es el uso público de la razón, decía Kant, pero hoy en Europa los medios de comunicación maleducan. Los medios de comunicación ofenden cuando buscan el sensacionalismo y nos presentan como modelos a personas cuya vida es dramática. De ahí que muchos adolescentes se desesperen pensando que no hay futuro y que todo es mentira.
La guillotina es para que me cortéis la cabeza antes de que siga hablando.
4 comentarios
pistacho -
el hombre tranquilo -
pistacho -
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