Ain't that work?
La primera vez en la historia que los Estados Unidos piden ayuda a otros países.
¿Sabrá un presidente norteamericano cómo se pide ayuda?
New Orleans...orillas del Mississipi...
¿podrá Bush convencernos de que ayudarles es divertido?.
-Oye, me voy a nadar. ¿No te gustaría venir? Pero, claro, te gustará más trabajar. Claro que te gustará.
Tom se le quedó mirando un instante y dijo:
-¿A qué llamas tú trabajo?
-¡Qué! ¿No es eso trabajo?
Tom reanudó su blanqueo y le contestó, distraídamente:
-Bueno; puede ser que lo sea y puede que no. Lo único que sé es que le gusta a Tom Sawyer.
-¡Vamos! ¿Me vas a hacer creer que a ti te gusta?
La brocha continuó moviéndose.
-¿Gustar? No sé por qué no va a gustarme. ¿Es que le dejan a un chico blanquear una cerca todos los días?
Aquello puso la cosa bajo una nueva luz. Ben dejó de mordisquear la manzana. Tom, movió la brocha, coquetonamente, atrás y adelante; se retiró dos pasos para ver el efecto; añadió un toque allí y otro allá; juzgó otra vez el resultado. Y en tanto Ben no perdía de vista un solo movimiento, cada vez más y más interesado y absorto. Al fin dijo:
-Oye, Tom: déjame encalar un poco.
Twain, Mark (1876): Las aventuras de Tom Sawyer. Extracto del capítulo II.
(Lée todo aquí).
¿Sabrá un presidente norteamericano cómo se pide ayuda?
New Orleans...orillas del Mississipi...
¿podrá Bush convencernos de que ayudarles es divertido?.
-Oye, me voy a nadar. ¿No te gustaría venir? Pero, claro, te gustará más trabajar. Claro que te gustará.
Tom se le quedó mirando un instante y dijo:
-¿A qué llamas tú trabajo?
-¡Qué! ¿No es eso trabajo?
Tom reanudó su blanqueo y le contestó, distraídamente:
-Bueno; puede ser que lo sea y puede que no. Lo único que sé es que le gusta a Tom Sawyer.
-¡Vamos! ¿Me vas a hacer creer que a ti te gusta?
La brocha continuó moviéndose.
-¿Gustar? No sé por qué no va a gustarme. ¿Es que le dejan a un chico blanquear una cerca todos los días?
Aquello puso la cosa bajo una nueva luz. Ben dejó de mordisquear la manzana. Tom, movió la brocha, coquetonamente, atrás y adelante; se retiró dos pasos para ver el efecto; añadió un toque allí y otro allá; juzgó otra vez el resultado. Y en tanto Ben no perdía de vista un solo movimiento, cada vez más y más interesado y absorto. Al fin dijo:
-Oye, Tom: déjame encalar un poco.
Twain, Mark (1876): Las aventuras de Tom Sawyer. Extracto del capítulo II.
(Lée todo aquí).
6 comentarios
litos -
magnolico -
jaimePL -
Esto me suena a revelación o algo así. Hoy amanecí pensando en ésto...cómo Usa pide ayuda.Sabrá?
Veré la película que me recomendaste. Gracias fruto seco.
Saludos...como siempre, interesante.
america -
UN BESAZO
gregoriok -
La mujer tirita -
Nu