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El.Pistacho.Veloz

El mentiroso Lajos

El mentiroso Lajos

Os recomiendo hoy este librito, que se lee en dos días de piscina (o de viajes en metro): La herencia de Eszter, de Márai Sándor (Alejandro de Mára, haciendo una de mis inadecuadas traducciones).

Una historia redonda, que se dibuja plácidamente y con melancolía a medida que vas desflorando las páginas, de una mujer que espera, un amor imposible, un mentiroso poeta y destinos inexorables.

Para más información del argumento, aquí tenéis la reseña de Julian Díez en Bibliópolis.

También os dejo otra opinión que encontré en un blog.

El libro lo tenéis a menos de 6 euros en la edición de quinteto, que publicó también del mismo autor Confesiones de un burgués, que leeré a continuación.

"Tengo una sensibilidad especial con respecto a los nombres, hay algunos que me gustan mucho y otros que no soporto. Claro que se trata de unos sentimientos primarios, injustos. Sin embargo, los sentimientos de este tipo son los que determinan nuestra relación con el mundo [...]". (pág. 102)

A mi modo de ver en estas páginas existen también momentos de un humor terriblemente ácidos, gracias a la personalidad de Lajos, uno de los ejes de la novela.

"Lajos se entretuvo hablando con el conductor; después, entró en el jardín, miró a su alrededor, reconoció a Tibor y, sin saludarlo, le pidió:

-Tibor, préstame un billete de veinte por un instante. El chófer quiere comprar aceite, y yo no tengo cambio.

Como dijo exactamente lo que los demás esperaban de él, nadie protestó, nadie se escandalizó [...]" (pág. 72)

En fin, bastante chulo, estupenda lectura veraniega.

A mí, particularmente, me gustó el momento de "Cerré los ojos, sentía sofoco, mareo [...hasta el final de esa página]" (pág. 90).

e su autor, Márai Sándor (1900-1989) se podrían contar muchas otras cosillas interesantes, pero eso será otro día.

2 comentarios

el aldeano -

Lo leí hace algún tiempo y recuerdo que me gustó. Buena elección veraniega

Okok -

Espero recordarlo. Mi memoria ya no es lo que era [hasta límites asombrosos] y sólo se queda, por suerte o por desgracia, con datos neesarios en mi vida laboral.

Intentaré fingir que lo necesito para preparar la resentación, por ejemplo...