Perdedores
Alguien dijo que no existen los genios, sino un 10% de inspiración y un 90% de transpirar como cochinos (no sé, ¿fue Benjamín Franklin o quién?).
Lo que sí existen son Ganadores y Perdedores.
¿Cuál es la clave para ser Ganadores?.
La victoria de Nadal, un Ganador, en el Roland Garros contra Mariano Puerta, el Perdedor, representa un momento estupendo para recordar el ya olvidado... ...Caso Muehlegg.
Johann Muehlegg llegó a nuestros oídos como "Juanito", el que cubriría de oros al deporte español. Cuando todo era gloria y Juanito era considerado más español que las lentejas con chorizo, entonces se descubrió que nuestro Juanito estaba dopado hasta las cejas. Inmediatamente volvió a ser Johann Muelegg. Y el tipo, de la noche a la mañana, se convirtió en alemán, más alemán que las salchichas de Frankfurt.
Y cayó en el olvido. Como Rita Irasema, como Bárbara Rey, como Fofito.
Pero, propongo...
¿y si los medios de comunicación enfocasen más al perdedor que al ganador?
Entonces Mariano Puerta, ¡ecce homo!. Salvaríamos a Juanito (el apellido no hace falta salvarlo). Idolatraríamos al Coyote, ése que nunca lo consigue, pero siempre lo intenta. Después de todo, la cultura cristiana está levantada sobre una pérdida. Perder es mejor que ganar.
Sobre todo, mandaríamos a comprarse un chandal de lunares a todos esos Ganadores, chusma asquerosa, tipejos que lo hacen todo perfecto. ¡Dejaríamos de sentirnos mal por no ser perfectos!
Podríamos ser unos gañanes, sin remordimientos.
Lo que sí existen son Ganadores y Perdedores.
¿Cuál es la clave para ser Ganadores?.
La victoria de Nadal, un Ganador, en el Roland Garros contra Mariano Puerta, el Perdedor, representa un momento estupendo para recordar el ya olvidado... ...Caso Muehlegg.
Johann Muehlegg llegó a nuestros oídos como "Juanito", el que cubriría de oros al deporte español. Cuando todo era gloria y Juanito era considerado más español que las lentejas con chorizo, entonces se descubrió que nuestro Juanito estaba dopado hasta las cejas. Inmediatamente volvió a ser Johann Muelegg. Y el tipo, de la noche a la mañana, se convirtió en alemán, más alemán que las salchichas de Frankfurt.
Y cayó en el olvido. Como Rita Irasema, como Bárbara Rey, como Fofito.
Pero, propongo...
¿y si los medios de comunicación enfocasen más al perdedor que al ganador?
Entonces Mariano Puerta, ¡ecce homo!. Salvaríamos a Juanito (el apellido no hace falta salvarlo). Idolatraríamos al Coyote, ése que nunca lo consigue, pero siempre lo intenta. Después de todo, la cultura cristiana está levantada sobre una pérdida. Perder es mejor que ganar.
Sobre todo, mandaríamos a comprarse un chandal de lunares a todos esos Ganadores, chusma asquerosa, tipejos que lo hacen todo perfecto. ¡Dejaríamos de sentirnos mal por no ser perfectos!
Podríamos ser unos gañanes, sin remordimientos.
3 comentarios
Horacio -
Mis perdedores favoritos: "El jugador", de Dostoievski, y el Santo Bebedor, de Joseph Roth
Pistacho -
Sí que lo puse, lo que pasa es que más de la mitad de las visitas son mías, y si nos picamos... uno será un asqueroso Ganador y el otro un simpático Perdedor...
... no sé... va una birra a que tengo menos visitas que tú?
Horacio -
Y ya por otra parte... veo que al final pusiste el contador... ¿cuántas visitas tienes? ¿nos la picamos? ¿apostamos algo?