Este fin de semana he estado aqui y tengo que decir que esta iglesia ortodoxa, Alexander Nevski, quizá porque parece una mezquita, me gusta mucho más que las católicas. Los ortodoxos usan cúpulas y llenan todo de lineas curvas. Así crean mucha más sensación de un gran espacio abierto. Las iglesias católicas y protestantes crean líneas que te dirigen la mirada hacia el púlpito.
Sólo he aprendido una palabra en búlgaro, con mucho esfuerzo: "BLAGODARIÁ" que significa "gracias", porque de bien nacidos es ser agradecido. Es una lengua eslava, y como personalidad también los búlgaros son asi, "slaves" en el sentido de que no parecen interesados en liberarse de los problemas que la historia les ha ido trayendo.
Los estudiantes de bachillerato celebraban esta semana su fiesta de final de curso. Se visten como mafiosos ("mutras"), de hecho, muchos lo son, alquilan coches de lujo y salen a la calle a pegar pitidos, gritos y emborracharse, tras la ceremonia para la que alquilan el casino militar o algo asi. Parecían napolitanos. Una banda de musica gitana tocaba con ellos. Uno de estos gitanos pegó una carcajada y pude ver con regocijo su dentadura compuesta de dientes de oro relucientes.
Dicen que hace ocho siglos un soldado turco puso una daga en la nuez del precioso cuello de una hermosa bulgarita. El general le preguntó: "Entonces... te vas a convertir al Islam?" y la chica, prodigio de heroismo, dijo "NE" y movió la cabeza de arriba a abajo clavándose la daga y prefiriendo morir como cristiana que vivir conversa al islam.
Desde entonces los búlgaros mueven la cabeza de arriba hacia abajo para negar ("ne") y usan el movimiento lateral para afirmar ("da"). Hay muchas versiones de esa leyenda que explica el origen de este movimiento, opuesto al nuestro y único en Europa y quizás en el mundo. Todas estas versiones tienen algo en común: presentar a los turcos como enemigos represores. Aunque digo yo que en siglos de dominio (entre 1396 y 1878) algo bueno harian los otomanos en el pais tracio... lo que pasa es que los búlgaros son medio turcos, pero no lo quieren reconocer, creo yo.
La leyenda me la contó el tipo del pub, luego me pedi un vodka polaco con hielo, de los del bufalo, y cuando me lo terminé empezaron a salir cucarachas del sofá. Le dijimos a la camarera: "Perdona, queriamos decirte que hay cucarachas en el sofá." Y la chica contestó: "Lo sé, pero el propietario no me permite que las mate porque es ecologista. Me ha pedido que haga como si no las viera".
En fin, cómo describir Bulgaria... pais de ensaladas, pepino, tomate y pimiento, país de revolucionarios de por la tarde, de aguardiente de "rakia", de yogures con miel y almendras, de mujeres dóciles y mutrillas prepotentes, de capital provinciana, y como no podía faltar... también con brillantes personajes, como el profe Dimitrov o como las nenas de Albert, sobre todo cuando se saben bien su texto.